Llegamos a este mes con la piel muy blanca, debido al invierno y la falta de exposición al Sol (que, como ya he dicho, cada vez me gusta menos pero que por mi hijo suelo ir a la playa y piscina desde que el tiempo lo permite).
Sueño con hacer cambios este año, si Dios quiere y para bien. Los cambios forman parte de la evolución humana. No hacer cambios (positivos, digo) es involucionar. Así como dice MERCEDES SOSA, que en paz descanse, en su canción CAMBIA, TODO CAMBIA, que tanto me gusta escuchar en mis noches de quedarme tirada boca arriba en la hierba mirando el lindo cielo estrellado de mi tierra canaria.
La llegada de la Primavera se nota mucho en La Naturaleza y, por tanto, en las personas. La gente suele mostrarse más energética. Algo que a veces, en algunas personas, puede llegar a ser contraproducente pero que en otras motiva un despliegue de energía positiva, felicidad súbita y creatividad en su máxima expresión.
A mí particularmente me gusta mucho esta estación. No hace tanto calor y la belleza de la Naturaleza contagia a las personas de buen humor y ganas de hacer felices a quienes les rodean. Al menos las personas hipersensibles somos muy dúctiles de dejarnos moldear por lo que la Naturaleza nos marca en las estaciones. Hay una energía sexual muy alta en la Naturaleza, los animales en celo buscan emparejarse y procrear, los pájaros cantan desde primera hora de la mañana, las flores explotan mostrando al mundo toda su fragancia y belleza. Todo esto tan sencillo, ¿¿no es sublimemente perfecto y digno de hacernos sentir rabiosamente felices??
Es como un despertar. Es un cambio. ¡¡Los cambios siempre nos motivan!!
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