Sí, soy una persona hipersensible. Me afectan mucho ciertos comportamientos y actitudes de las que la mayoría de personas se recuperan más fácilmente que yo. No obstante, no me considero débil: soy fuerte pero frágil. A veces me rompo en mil pedazos y necesito aislarme para recomponer de nuevo mis pedacitos. Algo me ha roto estos días.
He de empezar relatando que desde que el dos de junio aparecieran en el mar la funda nórdica y la botella de oxígeno como pistas del paradero de las pequeñas Anna y Olivia, ya me temía lo peor. Era demasiado complicado para una persona a la que los mass media han pintado como impulsiva, narcisista, visceral, violenta,...., tener la maquiavélica idea de dejar la pista falsa del edredón y la botella de oxígeno para despistar mientras él se encontraba en otro lugar escondido con las niñas. Todo esto le tenía que haber hecho pensar que se iba a usar el sonar que fondeó el mar, algo que nunca se había usado antes en Canarias por tanto era demasiado improbable este razonamiento. Para quienes no estén al tanto del caso, Tomás Gimeno es un tinerfeño que había secuestrado a sus propias hijas tras amenazar a la madre de ellas (su ex) de que no volvería a verlas con vida. Todo porque él no aceptaba que tras el divorcio ella rehiciera su vida con otra persona, en cambio él tenía pareja hacía tiempo y él sí podía tener la libertad de rehacer su vida: violencia machista y violencia vicaria (la expresión más cruel de la violencia machista o de género, pero a mí me gusta más llamarla machista porque eso es lo que mejor la define). Estos días ha habido cuatro asesinatos feminicidas; dos niñas (mis paisanas tinerfeñas), una menor de edad de 17 años en Sevilla y otra mujer en Ibiza arrojada desde un balcón por su pareja. Este año está siendo catastrófico para las mujeres, hemos llegado a tales cifras que ya se puede hablar de TERRORISMO MACHISTA.
Y lo que me ha roto no ha sido la noticia en sí, que también pues en el fondo siempre te aferras a la esperanza de que ocurra un milagro y que finalmente las niñas aparecieran en algún país (yo antes del dos de junio tenía la esperanza de que estuvieran en Marruecos o Argelia), lo que me ha deshecho por completo han sido comentarios de gente en las redes sociales y de gente a mi alrededor. Comentarios como:
1) << ¿Y quién dice que no fue la madre quien les mató a los tres?>>, leído en el grupo de Facebook llamado "Me meo toa entera". Esto desde la más completa ignorancia del caso claro, porque se sabía desde el principio que en las cámaras del puerto solo se veía al padre, dueño de una embarcación donde fue registrado la noche de la desaparición de las niñas portando dos petates, en uno de ellos ha aparecido el cuerpo de Olivia, la niña de 6 años, ahora se busca el otro petate con el cuerpo de Anna, la bebé de 14 meses y el mismo cuerpo del padre que se cree se hundió con ellas suicidándose en el mar.
2) <<Si el tipo era tan violento, ella jamás debió dejarle a las niñas, la culpa es de la madre por dejarle a las niñas>> (una persona de mi pueblo). ¿En serio? ¿Esta persona tiene la imperiosa y sádica necesidad de culpabilizar a la víctima, a esa pobre madre que se ha quedado sin sus hijas porque su propio padre las asesinó? ¿No es capaz de sentir la mínima empatía con el dolor de esa madre? ¿En serio hay gente tan machista, sádica, psicópata y cruel conviviendo con nosotros/as en sociedad? Una mujer europea de nuestro siglo no tiene por qué pensar que el padre de sus hijas la vaya a matar como venganza, aún habiendo sido violento con ella no tiene por qué pensar que el padre de sus hijos es un asesino, máxime cuando siempre ha cuidado de las niñas con recato. No es lo normal pensar que el padre pueda matar a sus hijas por venganza, al menos no en Europa.
3) <<Yo lo que no entiendo es que esto sea calificado de violencia de género. Es un asesinato y punto>>. ¡Toma ya! Y es aquí donde te das cuenta de que urge que la gente tenga acceso a poder formarse en violencia de género porque está claro de que no tienen ni idea de lo que es ni saben siquiera identificarla.
4) Y ya el comentario que me enervó definitivamente y que para más INRI provino de un guardia civil: (¿CÓMO SERÁN ESAS DENUNCIAS QUE ÉL REDACTE DIOS MÍO?): << A ver, que es verdad lo que dicen que por qué la madre le dejó las niñas si el tipo era violento y que tampoco creo que sea violencia de género, él las mató y punto, pero no porque sea un maltratador machista que ahora todo es violencia de género>>. (¿En serio tío? Es decir, un hombre que es capaz de matar a sus propias hijas solo por causar a la ex, madre de las niñas, el máximo dolor posible que se le pueda causar a una madre, ¿no es un maltratador? La violencia vicaria es la peor expresión de maltrato a una persona y si no sabes esto, solo espero que algún día no muy lejano no estés ejerciendo ese oficio en el que debes dejar tu ideología machista, porque la tienes, al margen para hacer tu trabajo y hacer cumplir la ley).
He desinstalado las apps de mis redes sociales y ya no las frecuento casi nada, me ha alejado de ciertas personas que me hacen mal a la salud y he bloqueado de nuevo a este guardia civil que como persona no me aportaba nada bueno, me intoxicaba con su spam ideológico del medievo y me producía literalmente arcadas del asco que me daba cada vez que abría la boca reflejando en sus pensamientos que no sabe dónde está el límite entre el bien y el mal y que incluso cuando hace el mal se justifica de manera narcisista no identificando la acción como mala, me escribía al WhatsApp compulsivamente con su lenguaje ininteligible plagado de faltas de ortografía que me inquietaban profundamente produciéndome taquicardias fruto de pensar que le consideré amigo cuando no tengo nada en común ni me identifico en absolutamente nada con él. Y es importante que a quienes consideres tus amigos sean tus iguales no tus contrarios. Yo soy una buena persona, no puedo tener entre mis amistades íntimas a malas personas.
Trabajo como voluntaria en la Fundación Ana Bella de Supervivientes de la violencia de género y estoy acostumbrada a lidiar con el dolor que me puedan causar ciertos casos con niños de por medio, pero nunca te llegas a acostumbrar a darte cuenta de que muchas personas de la sociedad española siguen viviendo en el medievo. ¡Es urgente que se introduzca una asignatura desde tempranas edades que enseñe qué es la violencia de género, qué es el acoso escolar o bullying, qué el acoso sexual, el mobbing o acaso laboral, que explique los distintos tipos de violencia psicológica que hay y cómo actuar ante ellos! Es de vital importancia que metamos en las instituciones y estructuras de nuestro país la concienciación contra el terrorismo machista y no podemos permitir que hayan policías, guardias civiles, abogados, jueces,..., que no tengan formación en violencia de género. ¡Es que es imposible que una persona formada en ello piense como piensa este guardia civil!
Y ya no digamos del trato que han dado algunos sectores de la prensa española al caso, como si lo importante fueran las audiencias o las visitas por internet a sus páginas más que lo que estaban contando tan lleno de dolor y drama humano. ¡Qué poca empatía y sensibilidad!
Les dejo por aquí un link a un periódico que yo considero que ha tratado bien la noticia para que se informen y quede constancia en mi blog de lo que aquí cuento:
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