Sí,..., caí en la tentación ( gracias a las Yummy Mummies de Los Gigantes, jeje, gracias sisters!) de leer el primero de la trilogía de la que habla media humanidad: Cincuenta sombras de Grey (el primero de la trilogía, que en tres días ya me ha hecho llegar a la página 400 y esta noche a ver hasta dónde llego porque no dispongo de mucho tiempo para la lectura esta noche - siempre leo de diez a doce de la noche-).
Anastasia Steele, Ana para los amigos, es una joven de 21 años a punto de graduarse en la universidad y que comparte piso con su amiga Kate. Kate dirige el periódico de la universidad y le pide a Ana si puede ir a entrevistar a Christian Grey, ya que ella se ha puesto enferma y no puede acudir a la cita. Desde el mismo instante en que Ana entra en el despacho de Grey se nota la química y las chispas que saltan entre ellos...
Ana es una chica normal de su edad, hasta incluso demasiado inocente e inexperta, a sus 21 años todavía es virgen y nunca se ha enamorado de ningún chico (algo que me resulta prácticamente imposible en los tiempos que corren). Está contenta porque se gradúa y ahora pasará a otra etapa de su vida, en la que tiene que buscar trabajo y junto con Kate se trasladan a vivir a Seattle. Sus aspiraciones son encontrar un trabajo como becaria en alguna editorial de la ciudad y vivir tranquila.
Christian es todo lo contrario que Ana. Es un hombre de negocios, dueño de su propia empresa multinacional, reservado, muy cambiante de humor, solitario, escandalosamente rico, con un pasado tormentoso,extremadamente guapo y carismático.Lo del pasado tormentoso se deduce por los pocos comentarios que hace de su vida pasada, ya que según me han contado el porqué de su actitud y su personalidad, lo tendremos que descubrir en los siguientes libros, sobre todo qué pasó en los cuatro primeros años de su vida (algo que me tiene en ascuas pero que según me han dicho mis amigas que ya se han leído los tres libros, no se desvela nítidamente sino se deja caer en el tercero). Y lo más extraño de todo, es un hombre con unos gustos sexuales un tanto "peculiares", por decirlo de alguna manera: le va la sumisión y el sado...
Yo nunca había leído novela erótica. Sinceramente, creía al abrir el libro por primera vez que me iba a encontrar con una novela de fuerte escenas sexuales y lenguaje vulgar. Pero no... Me ha enganchado desde la primera página, eso sí,..., pero ha roto mis esquemas, en todo.
Rondan muchas preguntas en mi cabeza:
- ¿Cómo una mujer puede aceptar ese tipo de relación sin sentirse incómoda al principio o, como mínimo y teniendo en cuenta la inexperiencia de Ana y que era virgen, sentirse reacia a ciertas prácticas?
- ¿Qué puede pasar en la mente de una persona que decida someterse a dichas prácticas?
- El lenguaje de Grey no deja de demostrar a un hombre excesivamente posesivo y controlador. Seguramente muchas asociaciones feministas pongan o hayan puesto el grito en el cielo al leer frases como : Si fueras mía... Eres mía... No debes mirarme a los ojos mientras... Pues soy tu amo y tú eres mi sumisa.... OK, es sado.. Pero... no deja de chocar y hasta de ser provocador el exceso control que ejerce Grey sobre Ana.
- En cuanto a la traducción,..., he visto un par de erratas: llorera, li observo (por le observo), y tratas el sustantivo subconsciente en femenino (la subconsciente)...
Una amiga mía se dio cuenta de otro fallo, porque no creo que se ponga hielo al vino, jeje. Cuando en una de las escenas se acerca Grey a Ana tintineando la copa de vino (¡¡con el hielo!!).
Grey al principio, debido a su lenguaje machista, no me enamoraba nada, por más que lo pintaran como un tremendo macho altísimo y guapísimo. Pero fue leer que tenía la mandíbula cuadrada (¡me atraen un montón los hombres con este rasgo tan viril!) y.... SOBRE TODO, cuando le dice Ana... Yo no hago el amor cariño... YO FOLLO DURO!! UUUUFFFFFFF!!! Ahí mis feromonas se pusieron a hacer horas extras,..., ¡UN HOMBRE QUE ME GUSTE ME DICE ESO EN UNA CITA Y AHÍ MISMO ME LE ESTOY TIRANDO ENCIMA DESNUDA! Y... a bailar el TACATAAAÁ jeje. Como ven yo no tengo nada de vainilla (quien haya leído el libro sabrá de qué hablo, jiji). Bromas al margen..., aunque sí es en serio que mi perspectiva del personaje cambió sustancialmente. Y ya cuando leí su infancia infeliz, que había sido adoptado y que había pasado hambre los cuatro primeros años de su vida.. Ya me rematé de enamorar de él porque.. No sé por qué si un hombre me inspira compasión y despierta el instinto materno,..., ahí me tiene rendida a sus pies, para amarle, cobijarle y mimarle.
En fin... Seguiré expresando mis emociones acerca de este libro. Por ahora sólo puedo decir que ¡ES BUENÍSIMO! Y que me hace evadirme totalmente mientras lo leo. Me hace sentir los orgasmos de Ana y trepidar de emoción con cada encuentro sexual de la pareja.
Ana Nayra Gorrín Navarro.
A martes, 18 de septiembre de 2012.
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