En SI LA COSA FUNCIONA un misántropo y amargado Boris, un anciano con visión global y sabiduría irrefutable de cada una de las cosas existentes en la vida, se encuentra por azar a una joven y guapísima rubia de 21 años (no voy a desvelar cómo) y desde ese momento se genera un punto de inflexión en la vida de ambos. Ella, con su acento de chica sureña e inculta y bruta, con la mente repleta de prejuicios religiosos que encorsetaban tanto su vida que acabó huyendo de su hogar familiar, repleto de mentiras. Se topa con el hipocondríaco Boris para ponerla delante de un espejo que le devolverá la imagen de quien realmente ella quiere ser.
La película, como todas las del genio Woody Allen, está repleta de mensajes sobre la vida, la honestidad consigo mismo y el no vivir para los demás sino para nosotros mismos, sin miedo a los prejuicios.
¡¡Sencillamente, es brutalmente buena!!
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