Nómadas digitales

 Algo bueno que ha traído la pandemia, por aquello de que hasta de lo peor se puede sacar algo positivo (con todos mis respetos y cariño a quienes han fallecido), ha sido dar la razón a quienes llevaban años reclamando desempeñar su puesto de trabajo desde su propia oficina en casa o en cualquier lugar del mundo con conexión a internet. Dado que muchos trabajos administrativos, contables, de recursos humanos, informáticos, etcétera, se pueden desempeñar desde ubicaciones diferentes a la de la propia empresa. Tal es así que mi comunidad autónoma canaria se ha convertido en destino mundial preferente para desempeñar estos trabajos por los modernamente denominados nómadas digitales. 

Si vamos a la definición de este último concepto (Wikipedia), leemos: << Un nómada digital es un profesional que usa las nuevas tecnologías para trabajar, y que lleva a cabo un estilo de vida nómada. Por lo general, los nómadas digitales trabajan de forma remota en lugar de hacerlo en un lugar de trabajo fijo >>.

Desde luego es una tendencia en auge que irá en aumento y para la que hay cada vez más nichos de negocio y oportunidades laborales que los/las jóvenes y no tan jóvenes no debemos obviar. 

Yo desde luego me he unido al tren en uno de mis trabajos freelance. 

Por contra, he conocido a un chico francés recientemente instalado en mi isla para desempeñar su trabajo desde aquí y afirma que termina pasando más horas trabajando que cuando lo hacía presencialmente en la sede de sus oficinas ubicadas en Londres. Él afirma padecer ya el síndrome de burnout o "síndrome del trabajador quemado" el cual hace referencia a la cronificación del estrés laboral. Este se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad, patrones de sueño y autoestima del trabajador. Todo por unos malos jefes o los mismos clientes que no respetan los horarios no laborales de sus trabajadores y bombardean a e-mails y mensajes. De los segundos, según me dice mi amigo, si no contestas al momento directamente provocas una reacción de enfado que redunda en quejas en tu trabajo y posibilidad de amonestaciones de tus jefes que no llegan a comprender que el hecho de que trabajes desde casa (o cualquier otra ubicación) no significa que debas estar disponible 24/7 (las 24 horas de la semana). 

Imagino, por tanto, que esto de los nómadas digitales está bien pero solo para los freelance, autónomos que desempeñan trabajos solo supervisados por ellos mismos/ellas mismas (creativos/as, informáticos/as, programadores/as, etcétera). Pues aún, está visto, falta formación de los jefes llamados a serlo de estos trabajadores digitales. De igual manera,  pienso que sería necesaria la implantación en las empresas de unos protocolos de salud laboral de los trabajadores digitales.