Ayer
vi en el cine ‘El menú’, del director Mark Mylod, el mismo que dirigió la serie
televisiva Shameless
que tanto me fascinó y que fue escrita por el nominado con un BAFTA, Paul Abbot.
El guion de ‘El menú’
fue escrito por Seth Reiss y Will Tracy.
Con un reparto de lujo:
·
Ralph Fiennes como
Julian Slowik
·
Anya Taylor-Joy como
Margot Mills / Erin
·
Nicholas Hoult como
Tyler
·
Hong Chau como Elsa
·
Janet McTeer como
Lillian Bloom
·
John Leguizamo como
George Díaz
·
Reed Birney como
Richard Liebbrandt
·
Judith Light como
Anne Liebbrandt
·
Paul Adelstein como
Ted
·
Aimee Carrero como
Felicity
Destacan en sus interpretaciones Ralph Fiennes ( ‘La lista de Schindler’) que da vida al macabro y sádico chef y, ¡cómo no!, la
maravillosa actriz Anya Taylor-Joy (ganadora del Globo de oro en 2021 por su
interpretación estelar en la aclamada serie ‘Gambito de dama’, también nominada
a mejor actriz por ‘Emma’). Esta actriz a mí particularmente me fascina. Es
capaz de hablar con el espectador sin pronunciar una sola palabra, solo con la
fuerza de expresión de sus ojos inmensos y que tanto transmiten y sus
expresiones faciales. Esto, pienso, es lo más difícil de conseguir en este arte
y ella lo domina desde el primer segundo en que aparece en escena.
La película no te dejará indiferente. Hay un punto en concreto en que su ambiente se torna al de una película de Tarantino. Escuetamente te diré, sin entrar a delatar nada, que todo comienza cuando un grupo seleccionado de personas famosas y adineradas viajan a una isla donde se encuentra uno de los restaurantes y chef más exclusivos del planeta. La promesa es que entre plato y plato vivirán una experiencia sensorial única en el mundo. Se aprende mucho vocabulario relacionado con el mundo de la gastronomía: palatabilidad (aludir a la cualidad de un alimento que resulta agradable al paladar), albardar (método que consiste en cubrir una pieza de carne o pescado con panceta o tocino para aportarle sabor y jugosidad durante su cocinado), apricotear (técnica que consiste en pintar la superficie de un producto con mermelada para dar brillo), ballotine (término francés para designar la preparación de una pieza de carne, ave o pescado deshuesada y rellena que después de enrolla, se ata y se cocina, sirviéndose cortada en finas lonchas), etcétera.
La descripción que se hace de
cada plato es tal que casi puedes olfatear el olor a bergamota en el té para
refrescar el paladar entre plato y plato, saborear las ostras del comienzo y
sentir la textura gelatinosa de las bolitas amarillas que decoraban uno de los
platos y que según relataron en la película se hacen con ¡gas!
Para mí la película es una
crítica mordaz a lo que supone ser un chef de alta cocina y regentar un
restaurante considerado uno de los más prestigiosos del mundo. Terminan por ser
esclavos de su trabajo y este les domina hasta tal punto en que, si no tienen
un equilibrio mental consolidado o no tienen traumas del pasado tratados y
superados, tanta presión termina por pasarles factura.
También veo una crítica al
capitalismo exacerbado y a la sinrazón de que se pague tanto dinero por
consumir un plato cuando las 3 / 4 partes del mundo mueren de hambre.
Hay una frase que, para mí,
es el lema de esta película. El chef les dice en determinada escena:
- <<Aquí no han venido a comer, ¡no coman! Degusten, deléitense con cada textura, cada aroma, cada sabor… A mi restaurante no se viene a comer, se viene a degustar y disfrutar>>.
Ana Nayra Gorrín Navarro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario