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domingo, 17 de abril de 2011

VIVIR SOBREVIVIENDO




(Esto que aquí escribo es la segunda parte del post ¿SUFRIMIENTO PERPETUO? que colgué en este mi blog personal el día 12 de noviembre de 2010 y que transcribo al final de este post VIVIR SOBREVIVIENDO).

Luchar, aún sin fuerzas y con el cuerpo y el alma quebrado de tanto sufrimiento. Concienciarme una y otra vez de que en el país en que vivo se proclama la igualdad como derecho constitucional y el derecho a vivir en sosiego y tranquilidad, sin que NADIE con sus amenazas te prive de ello.

Me armé de valor para denunciarle (¡por tercera vez!) pero esta vez me encontré con una pared de frente: Le absuelven de las amenazas (porque, dicho de otro modo, es su palabra contra la mía), aunque sí admiten el delito de quebrantamiento de condena (orden de alejamiento y prohibición de comunicarse conmigo así como frecuentar lugares que yo frecuento o donde yo resido o trabajo). Sus lágrimas de cocodrilo y mentiras valieron más que mi rostro tenso, mis respuestas concisas (producto del hastío que me produce ya esta situación en mi vida que pesa sobre mí como una losa desde hace ya más de 7 años) y mi mirada dura (a la defensiva, producto de verlo en frente de mí en el juicio). El sistema te dice: Siempre denuncia malostratos y abusos. Pero,..., ¿quién te dice qué pasa después? Es como una ventana que te abren en medio de un cuarto oscuro donde te mantiene encerrada tu verdugo. Estás sin aire, incomunicada con el exterior, en la oscuridad absoluta, llena de miedo paralizante, asfixiándote por la falta de oxígeno. Abres esa ventana que te indican (el sistema) dónde está. Pero... ¿y después? A veces es como si te obligaran a lanzarte por ella como única solución posible. A tu suerte quedará si estás en un primer piso (y el golpe al caer no será muy fuerte y, por tanto, puede que salgas viva de ello) o estés en el ático de un rascacielos y al tirarte por esa ventana todo tu ser quedará hecho añicos, te matas.

A solas, en una habitación oscura. A solas con mi verdugo. Sintiendo detrás de mí su respiración diabólica en mi cuello. Escuchando una y otra vez sus amenazas:

- De la cárcel se sale pero del cementerio no. Pronto será tu último día en blanco.

- Te voy a cortar la cabeza. Todo esto te lo has buscado tú, ¡inútil!

- Te dije que te arrepentirás de haberme denunciado y así va a ser. Gilipollas, que no vales nada. ¿Quién te crees que eres?

Detrás: El verdugo. Delante: La ventana.

DOMINGO, 17 DE ABRIL DE 2011.

¿SUFRIMIENTO PERPETUO?


Hace ya casi tres años del acontecimiento que me llevó a tomar una radical (y unívoca) decisión, por mi hijo y por mí (en este orden). Y hace exactamente el mismo tiempo (más todo el previo anterior que ya ni menciono) que sigo recibiendo su influjo destructor sobre mí.

Cada amanecer al abrir mis ojos el primer pensamiento que me viene a la cabeza es: ¡Tengo que proteger a mi hijo! Unido a todo el contenido de amor por él, a mi lucha por defenderlo del peligro (que tiene nombre y apellidos) y a mi afán por educarlo bien, en paz, amor y sosiego: pilares básicos de una infancia feliz como la que yo tuve y quiero que tenga siempre mi hijo.

Pero él, con sus mensajitos, cartitas, proclamas a voz en grito violento en lugares públicos de la zona (delante de amigos/as míos del pueblo),..., sigue robándome la calma y el sosiego, sigue perturbando mi alma. Soy fuerte, trato de que no me afecte (sobre todo y ante todo porque si yo estoy preocupada, angustiada, miedosa o nerviosa mi hijo lo percibe y le afecta y yo no quiero esto), pero sincera y honestamente he de expresar mi agotamiento espiritual ante toda esta amalgama de acontecimientos en mi vida. ¿Hasta cuándo tengo que seguir sufriendo? ¿Cuál se supone que es límite de resistencia y fuerza en la mente,alma, corazón y mente de una mujer?

LA MATÉ PORQUE ERA MÍA.

Ésta es la declaración confesa de un asesino que vimos una vez casi todos/as en las noticias en televisión española. Continuamente me llegan estas palabras a mi mente.

¿Un problema de afectos invertidos? (TE AMO PERO TE ODIO). Porque desde su infancia contempló en su familia cómo quienes debían profesarse amor, respeto y protección se profesaban odio y maltrato (un padre maltratador , de cuya sombra nunca se libró, y una religión belicista y misógena).

¿Transtorno de doble personalidad? Me enamoré de él locamente porque cuando le conocí fue el hombre más encantador conmigo que jamás conocí,..., hasta que me quedé embarazada. Curiosamente fue en este punto cuando comenzó la espiral de violencia, al principio era violencia verbal (mezclada con celos ¡a su propio hijo bebecito recién nacido!), poco a poco todo eso fue creciendo. Como dice un famoso psicólogo:

SIEMPRE Y EN TODO CASO LA VIOLENCIA VERBAL ES LA ANTESALA DE LA VIOLENCIA FÍSICA.

O, simplemente, es que es malo. O,..., también, que las drogas y el alcohol (cotidianos en su día a día) le han hecho que no pueda reprimir esa maldad que ya él guardaba en su interior pero que sin drogas ni alcohol podía autocontrolar para que no aflorara al exterior.

Yo aún arrastro este lastre. Esa herida abierta tan grande que tanto le está costando cerrarse y cicratizarse. Pero es que....¡no me deja psar página! Vivo en constante desasosiego, tensión y miedo (que trato cada día de no sentir para no robarle la calma a mi hijo, ni darle más fuerzas a él pues él lo que quiere es intimidarme y amedrentarme).

Ahora entiendo a la gente amenazada por ETA, en su día a día, los que viven en el País Vasco (su amada tierra) y no se han querido ir de allí pese a las amenazas de muerte. Sólo quien ha vivido esto sabe de qué hablo.

¿Y qué puedo hacer yo? ¿qué haré si esto no cambia? Hoy en día se está cuestionando la eficacia y validez de la Ley de Protección de Víctimas de Violencia de Género, este año han habido más casos que el anterior.

Yo no tengo constancia (por lo que me cuenta la gente de mi pueblo, mi gente) de que nadie lo esté tratando a él psicológicamente (y es evidente de que un maltratador es un enfermo mental), ni de que se le haya puesto la pulsera que supuestamente le iban a poner para vigilar que cumpliera la orden de alejamiento y que no tenga que ser yo la que vigile y esté las 24 horas del día en posición defensiva (no descanso ni durmiendo, cualquier ruido en una ventana para mí puede ser él).

Al frente: un horizonte luminoso. Atrás; pesadillas nauseabundas
que tiñeron los primeros años de mi tan deseada Maternidad de tristezas,
dolores insufribles y luchas. Lágrimas de sangre, hechos probados y condenas.

Aún hoy, en mi tierra, los buitres de la muerte planean sobre nuestras cabezas,
trato de que sólo palomas blancas y ángeles protectores se nos acerquen,
que en la infancia y vida entera de mi hijo los buenos principios se perpetuen.

Luché, lucho y lucharé para que sólo buenos recuerdos tus memorias alimenten,
porque eres Tú Hijo Mío lo mejor de mi vida y epicentro de mis fuerzas
me mantendré siempre en esta brega perpetua, entera y sin cadenas.


ANA NAYRA GORRÍN NAVARO.
EN CUALQUIER LUGAR DE TENERIFE, A 12 DE NOVIEMBRE DE 2010.

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