Recuerdo que cuando era niña mi
padre tenía el libro pululando por casa. Cuando yo contaba con 12 años lo cogí y lo leí. En
ese entonces me resultó farragoso, aunque no demasiado complicado de leer. No obstante, lo admito, a esa temprana edad me aburrió ese relato de un anciano solo en el
mar intentando llevar a casa una buena pesca.
Hoy en día, con 39 años, leerlo
ha sido todo un placer. Me ha sorprendido la facilidad de Hemingway para
relatar una historia de solo dos protagonistas, bueno tres, el anciano, el mar
(y por ende los diálogos del anciano Santiago con “la Mar ”) y el niño Manolín (en mi opinión
casi adolescente) que idolatraba a Santiago y viceversa.Su perseverancia acérrima, lucha constante con los elementos de la Naturaleza y su gestión brillante de la soledad en la que se sumergía frente al Mar.
Desde el punto de vista
literario, la técnica del iceberg oculta a los personajes en sus propios actos. La manera de desenvolverse con tan pocos personajes y la majestuosidad con la que Hemingway describe el Mar (él era pescador y su conocimiento del Mar se plasma nítidamente en esta obra suprema) hacen de esta obra un imprescindible en cualquier librería del planeta. Una obra maestra, sencilla, transparente y entrañable.
Esta obra de arte fue llevaba al cine en el año 1958 por John Sturges interpretada por Spencer Tracy, Felipe Pazos, Harry Bellaver y Don Diamond. Les dejo aquí el link de la película (aunque no es la de 1958 y el actor que interpreta a Santiago es Anthony Quinn) pero, POR FAVOR, lean el libro porque es un deleite literario.
Sé que hay por ahí una teoría, alentada por el libro El engaño Hemingway de Joe Haldeman, que pretende manchar la autoría de Hemingway. La trama de El engaño Hemingway gira alrededor de los documentos perdidos de Hemingway, que en un extraño incidente perdió toda su obra temprana. En el año 1996, John Baird, un estudioso del escritor, traba conocimiento con un timador que le embauca para falsificar estos documentos y hacerse ricos con su venta. Este hecho llamará la atención de unas entidades que controlan el flujo del tiempo para que la historia sea tal y como la conocemos (algo muy de actualidad con El Ministerio del Tiempo).
Como en El viejo y el mar: Llegamos a la vida solos y en ella nos enfrentamos, a veces en soledad, a problemas que solucionar o a obstáculos para llegar a nuestras metas. Con sagacidad, constancia y fortaleza de espíritu hay que mantenerse constante, aún viejo, solo y lleno de heridas como Santiago, a la dureza de la vida (la Mar).
Saludos a todos/as los /las lectores/as del Club de Lectura de Santiago del Teide y, en general, a todos y todas las lectores/lectoras del mundo.
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