El Camino Largo de
La Laguna
¿La vida es lo que te pasa o lo
que decides en un momento dado? ¿Te pasan las cosas fruto del azar o de tus providencias?
Porque, no sé ustedes, pero muchas veces en mi vida ésta ha sido un golpe de
suerte, un estar en el momento justo en el lugar adecuado, un saber aprovechar
aquella o esta oportunidad, una providencia al final realizada. Que, por cierto,
siempre he sentido como preordenada por una mano mágica, amiga y protectora que
la hacía posible. Como cuando en un día de lluvia intensa me refugié en la
entrada de un edificio en Los Majuelos, donde había ido a pasear después de
salir de clases de Derecho, pues nunca había caminado por esa zona. Y una
señora se encontraba pegando un cartel en el cristal de la puerta: << Se
busca teleoperadora a media jornada, preferiblemente en el turno de tarde.
>> Yo estudiaba por las mañanas y, embarazada ya, buscaba trabajo
porque me habían quitado el suministro económico para seguir estudiando Derecho
(tenía 24 años). Así que le dije a la señora que me interesaba el puesto, ella
se puso como loca de contenta al saber que era una estudiante universitaria de
Derecho, ella era la jefa de Recursos Humanos de la compañía Trujisan Canarias,
fábrica de colchones y productos de descanso. Acto seguido me hizo entrar a sus
oficinas, me hizo la entrevista conjuntamente con el propietario de la empresa y
al día siguiente empecé a trabajar. Recalcándome que les encantaba mi voz dulce
y lo bien que hablaba (según ellos). O como cuando empecé a trabajar en mi
actual empresa, para sustituir una baja de uno de los contables y lo que iban a
ser solamente tres meses se han convertido en 17 años.
Y aún hoy, con 45 años, necesito
perderme de vez en cuando, sin decir a nadie dónde estoy y transitar el Camino
Largo de La Laguna para despejar mi mente y calmar mi corazón, caballo desbocado
que, a veces, no sabe a dónde va.
Siempre he interpretado el mundo
de una manera diferente a los demás. Con esto tiene mucho que ver el hecho de
que soy PAS (persona altamente sensible) y poseo, según mi psicóloga todo esto,
un perfil creativo. Como tal, necesito de la comunión frecuente con la
Naturaleza (Atguayaxiraxi para los guanches), de la soledad y de la
introspección. Y el Camino Largo de La Laguna es, con creces, uno de mis
lugares sagrados para encontrarme cuando me siento perdida. Lo empiezo de una
manera y, cuando regreso recogiendo mis pasos a la vuelta, lo acabo con un
estado anímico totalmente diferente. Es mi santuario de sanación. Y no necesito
sacarme la lotería para comprarme una de sus bonitas casas aledañas, porque lo
que me transmite solamente habita en los seres de la Naturaleza que puedes ver
solamente con los ojos del corazón, que no entienden de pertenencias ni del
tener, sino del ser. Cuanto más pura sea tu alma, más seres mágicos podrás ver
en el Camino Largo lagunero. Cuna del misticismo para muchas personas, además
de las Cañadas del Teide. Epicentro de las fuerzas de la naturaleza y de las
fuertes energías positivas capaces de reorientar tu vida por el camino
correcto.
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