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domingo, 8 de septiembre de 2024

La incomprensión de quien sufre la migraña crónica con aura visual.

 

La incomprensión de quien sufre la migraña crónica con aura visual.

 



Si eres migrañoso/a te vas a sentir identificado/a con esto que te voy a describir.

 

¿Qué pasa cuando me dan los ataques de migraña con aura visual?

 

Una vez una amiga me dijo que estaba segura de que lo que me pasaba a mí era que tenía poderes sobrenaturales que no sabía canalizar y que el día que conociera a algún vidente o chamán y me enseñara a canalizarlo, se me desaparecerían los dolores de cabeza. Todo porque muchas veces le decía cosas que iban a pasar, mucho antes de que se tuviera siquiera la pista de ello y, la mayoría de veces, terminó pasando tal cual lo predije. No sé de dónde me viene la clarividencia, pero es cierto que he podido ver muchas cosas antes de que acabaran pasando. Ojalá fuera cierto lo que cree mi amiga, por ahora solamente tengo un diagnóstico científico: migraña crónica con aura visual.

 

Dos días antes entro en fase de pródromo de la migraña: Bostezos sin parar, antojos de dulces y chocolates, rigidez muscular, mucha sed, muchas ganas de orinar e incluso uno o dos días antes del ataque me siento excesivamente bien e inusualmente energética y creativa. Se me agudizan todos los sentidos: veo el día aún más brillante de lo que es, me llegan todos los olores antes que a nadie, percibo el mínimo temblor de tierra (por ejemplo, cuando está entrando un camión grande a la entrada de mi pueblo, ya yo lo estoy percibiendo desde mi casa o lugar de trabajo, como a un kilómetro de distancia), se me agudiza el oído (en mi trabajo, por ejemplo, si hablan en la cocina del hotel yo lo escucho desde mi oficina en contabilidad, que lo sepan, ja,ja).



Luego viene el proceso de aura: la visión de mi ojo izquierdo se ve comprometida, normalmente es 20 horas antes del dolor intenso e insoportable de cabeza, acompañado de diarrea, un intenso malestar general, me molesta muchísimo que me hablen, me vuelvo muy arisca y antisocial y sobre todo me molesta la luz solar y, en general, cualquier luz (necesito meterme en un cuarto absolutamente oscuro). También tengo hormigueos en la cara y empiezo a invertir el orden de las palabras al hablar: En lugar de decir “me duele la cabeza”, por ejemplo, digo “me cabeza la duele” (esto también me ha pasado cuando, ocasionalmente, me he emborrachado alguna vez en mi vida. Sí, tranquilos/as, el alcohol ha desaparecido de mi vida, porque es totalmente contraproducente para las personas migrañosas, cuando salgo pido cerveza sin alcohol, aunque el lúpulo y la cebada tampoco son muy recomendables, pero chica… Alguna vez al mes me lo permito). En este punto, cuanto esto me pasa así de fuerte, ya sé que el dolor de cabeza que me va a sobrevenir, una o dos horas después de los síntomas de aura, va a ser brutal y me va a postrar en la cama. Sin embargo, ¿cuántas veces a lo largo de mi vida laboral he cogido baja médica por esta enfermedad crónica que padezco? ¡NUNCA! Haciendo acopio de una fuerza de voluntad extrema, voy a trabajar y trato de dar lo mejor de mí. Aunque luego llegue arrastrándome a mi casa y me pase en mi cuarto encerrada y totalmente a oscuras, medicada con Zomig 5 mg (quien lo ha tomado alguna vez sabrá lo fuerte que es, cómo te deja k.o. durmiendo, el frío o calor intenso que te entra y cómo de débil te encuentras al día siguiente).

Desde mi adolescencia tuve migrañas episódicas (uno o dos ataques al mes). Se calmaron cuando fui madre y allá por el 2016 y con más de quince episodios al mes pasé a tener migraña crónica. Desde ese momento soy paciente de migraña crónica con aura visual: visión borrosa solamente en ojo izquierdo y alucinaciones visuales, veía un punto negro moverse y a veces hasta un pequeño arcoíris en extremo superior izquierdo de mi visión con ojo izquierdo, el que siempre me duele a muerte cuando empieza el ataque. Incluso horas antes siento calor detrás del ojo izquierdo y, literalmente, como si tuviera un cuchillo clavado en el ojo.

El camino de médicos, neurólogos y especialistas que he seguido ha sido agotador. Me han visto oculistas (de quienes concluí que tengo astigmatismo miópico, por lo que llevo gafas de lejos y de cerca), de los alergólogos descubrí que, pese a que no tengo ninguna alergia alimentaria, sí tengo intolerancia a la lactosa, huevos y amarilidáceas (cebollas y todas las verduras de la misma familia). También me han hecho estudio de hormonas por si eran migrañas hormonales, pero mis hormonas están perfectamente equilibradas según pruebas médicas realizadas. Por tanto, no son por ser mujer, no son por nada que haga, las padezco y punto. Sí es verdad que en mi familia Navarro casi todas las mujeres de la familia las han padecido (mi madre, mis tías, mi abuela materna, …).

 

Me he encontrado con médicos de familia gordofóbicos que, sin haberme sometido a estudios de especialistas, sentenciaron que el origen de mis migrañas era mi obesidad, otros que simplemente por ser mujer ya eran migrañas hormonales. También, con quienes me han dicho que es por el stress de mi trabajo y, ni cortos ni perezosos, en lugar de darme herramientas para que dicho stress no me afecte a la salud, me han dicho: “Tienes que dejar tu trabajo, te está matando”. En este punto, preferí quedarme con el consejo de uno de mis escritores favoritos en uno de sus libros:

 

<< Querida, encuentra lo que amas y deja que te mate. Deja que consuma de ti tu todo. Deja que se adhiera a tu espalda y te agobie hasta la eventual nada. Deja que te mate, y deja que devore tus restos. Porque de todas las cosas que te matarán, lenta o rápidamente, es mucho mejor ser asesinado por hacer lo que amas >>. Falsamente tuyo, Charles Bukowski.

 

Ahora mismo mi último neurólogo me mandó un tratamiento crónico (de por vida): Tryptizol 25 mg (una a la misma hora cada noche), en combinación con Lormetazepam 1 mg también a la misma hora (una hora antes de irme a dormir), aunque ésta última no es crónica y debo ir a mi médico de cabecera pronto para irla quitando poquito a poco (no sé si me darán otra natural en sustitución). El colmo de males es que estas dos pastillas producen subida de peso y retención de líquidos. Así que JAMÁS me veré delgada, será químicamente imposible. Esto no significa que no tenga que cuidarme. Al contrario, debo cuidarme más. En febrero de este año falleció mi perrito, junto a él me daba largos paseos (aunque en los últimos meses previos a su muerte íbamos a paso súper lento debido a su enfermedad y no hacía mucho efecto en mi organismo el paseo). No obstante, tengo que aprender a obligarme y ahora que estoy de vacaciones, voy a empezar la rutina de darme largos paseos al caer el sol (escuchando música con mis auriculares). Y, claro, cuidar mi alimentación (comer más fruta y verduras y no tanto hidrato de carbono).

Hay una app que se llama Migraine Buddy que a mí me ha sido muy útil. Además, estos días de septiembre se está celebrando en redes la Cumbre mundial de la migraña, les aconsejo seguirla en redes sociales y Youtube porque es muy útil, les dejo link:

 

https://cumbremundialmigrana.com/2024-pre-summit-information-session/

 

Te abrazo tiernamente si eres paciente de migraña. Solamente entre quienes la padecemos somos conscientes de todo lo que vivimos, de todo el dolor que soportamos y de lo fuerte que somos.

 

En Los Gigantes, a domingo 8 de septiembre de 2024.

 

 

 

 

 

 

 

 

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