Como cada año, realizo por el mes de
diciembre un
balance anual del año en curso . Así pues, empezaremos por el principio…
Enero de 2018: Lo empecé con la duda cartesiana de mi
existencia y crisis anticipada de los NO 40 (pues por enero aún tenía 38
años pero ya yo me sentía en los 40, como hace tantos años llevo viviendo).
<<Si
una puerta se cierra, conviértete en cerrajero/a y abre todas las que te
encuentres en tu camino. ¡Aunque las fuerces!>>
La frase
que arriba expongo me la auto-decía a mí misma cada mañana ante el espejo y fue
así como, con resiliencia y proactividad, conseguí superar la cuesta
arriba y empezar a afrontar con fuerza el 2018 que se me venía encima.
En
diciembre de 2017 me había marcado unos objetivos y los conseguí todos, menos
asistir a la gala literaria en Almería. A la que no pude asistir por enfermarme
con una gripe horrible que me dejó desmadejada. La lista detallaba lo
siguiente:
·
Ayudar a mi hijo a superar
su primer año de instituto (yo creía que repetiría curso, pero el año pasado
finalmente lo superó). No obstante, en este segundo año de nuevo tendré que
hacer el esfuerzo porque lo lleva muy mal.
·
Ir a la gala literaria (pero
no pude ir como ya comenté).
·
Ahorrar dinero para hacer
un máster en escritura y narración creativa. Y, miren por dónde, me lo
regalaron y pude hacerlo sin coste alguno.
·
Ser feliz y hacer felices
a quienes me rodean. Y este objetivo, creo, también lo he logrado. Al menos yo
he sido feliz y he tratado de hacer felices a quienes me rodeaban.
Febrero
de 2018: En diciembre de 2017
comenzaba una relación muy apasionada con un chico doce años más joven que yo,
de nacionalidad dominicana. Me hizo gozar como hacía mucho que no lo hacía ¡y
ni recordaba! Pero el 22 de febrero de 2018 lo dejamos. Fue doloroso para mí
pues yo me estaba enamorando de él, pero hacía cosas que yo no aceptaba.
Marzo de
2018: El mes en el que cumplía
39 años, tuve que abandonar el piso donde me había ido a vivir con mi hijo
desde mayo de 2016. Me subían el alquiler de 450 euros más gastos de agua y luz
a 700 euros más gastos de agua y luz y se me vino encima el mundo. Iba a vivir
muy justa de dinero mes a mes así que tuve que retornar al hogar paterno. Fue
un duro palo para mí. Esa mudanza me causó una depresión. Pero, gracias a esa
capacidad de adaptación y de salir adelante, logré superarlo.
Abril de
2018: El dominicano desapareció
de la faz de la tierra y nunca más supe de él. Aún hoy en día le recuerdo con
cariño. Viví su ausencia y el duelo de esta separación en estos dos meses
posteriores a la ruptura pues al principio habíamos quedado como amigos y nos
seguíamos viendo de vez en cuando. Pero cuando se desapareció del mapa fue
cuando a mí me dio la bajona de su ausencia.
Pero también en este mismo mes me pasaron
cosas muy bellas pues firmé contrato de publicación y edición de mi tercera
novela, Mariam, la primera en registro erótico con tintes de novela
negra y que escribiera en el año 2016. Además, con motivo de la semana de las
letras, el Ayuntamiento de Santiago del Teide me organizó un evento muy bonito
en el Museo del Pescador para la presentación oficial de mis novelas. Fue un
día inolvidable para mí y muy especial. ¡Gracias por todo!
La
Opinión de Tenerife, el 24 de abril de este año 2018, se hacía eco de lo arriba
expuesto, les dejo aquí el link:
Mayo de
2018: El 25 de mayo llegó mi
remesa de ejemplares de Mariam y me
los quitaron de las manos con una rapidez sorprendente. Los lectores/las
lectoras me dan muy buena crítica de la novela y esto me motiva a seguir
escribiendo en el borrador de mi cuarta novela. Que espero pueda ver publicada
en el 2019.
Además, gracias
a Mariam consigo tener un dinerillo
para las vacaciones con mi hijo y hacer que termine de conocer sus siete Islas
Canarias.
Les dejo
aquí link a una de las notas de prensa de Mariam.
Junio de
2018: Con lo que percibí de las
ventas de Mariam me fui de vacaciones
con mi hijo una semanita a Gran Canaria y a La Gomera, del 22 al 28 de junio
2018. ¡Nos lo pasamos de lujo! Comimos como reyes y disfrutamos en playas y
piscinas como enanos.
Nayar
acabó el curso académico mucho mejor de lo que yo esperaba y promocionó para el
siguiente curso.
Julio de
2018: En mi segunda semana de
vacaciones laborales anuales volamos hasta Lanzarote, la isla que le quedaba
por conocer a mi hijo. Así, del 9 al 15 de julio pasamos una semana formidable
en la isla conejera y la estancia en esta isla me inspiró la escaleta de mi
quinta novela, espero que en 2020 la puedan ver publicada.
Agosto de
2018: Decido que quiero seguir
estudiando, que vivir en un pueblo costero tan alejada del núcleo urbano y del
ambiente capitalino me está embruteciendo y opto por trasladar mi expediente
universitario de la UNED (donde aún figuraba en Derecho) a la Universidad de las Palmas de Gran
Canaria para iniciar en septiembre estudios en un grado online en A.
Social (una carrera de la rama de Humanidades). De resto, termino de
disfrutar los días de vacaciones anuales que me faltaban por completar el año y
paso un apacible agosto junto a mi hijo en la playita de nuestro pueblo y
disfrutando de las fiestas de nuestro municipio durante los fines de semana.
Septiembre
de 2018: Conozco a un italiano que
es quince años más joven que yo e inicio una relación amorosa con él. Pero la
diferencia de edad me pesa demasiado en mi conciencia y termino por zanjar esta
relación. Lo bueno que me aportó fue que aprendí italiano básico, nivel A1. Al terminar esta relación, decidí cortarme el cabello a la altura de las orejas y donar mi cabello a la Fundación Ámate para que hagan con él pelucas para las enfermas de cáncer de la isla de Tenerife.
Octubre
de 2018: Iniciamos el mes con el
cumpleaños de mi hijo, celebrando sus trece años. Este año la adolescencia de
mi hijo se ha dejado notar con fuerza. Me cuesta aceptar que ha dejado de ser
un niño y he de empezar a cambiar mi chip
mental con él.
Yo creía
que la clase de vicisitudes que estoy teniendo ahora con mi hijo las tendría
cuando él cumpliera los 18 ó 19 años, pero no con tan sólo 13 años. No
obstante, hablando con madres amigas mías que tienen hijos en la misma edad, me
doy cuenta de que no soy la única que se siente así. Comienzo a ser consciente
de que entro en zona pantanosa con la adolescencia de mi hijo y que tendré que
armarme de mucha paciencia, serenidad y fuerza interior para educarlo de manera
óptima. Teniendo en cuenta el hándicap de hacerlo yo sola, como madre soltera
que soy (por imposición de la vida, no por elección, pues soy superviviente de
la violencia de género).
En este
mismo mes me reconcilio con un viejo amigo, vecino del edificio en el que vivía
y tenemos un acercamiento. Él me dedica una canción de Canelita (Señora vecina) y ya se me encandila el corazón.
Noviembre
y diciembre de 2018: El día 1 de noviembre inicio una relación amorosa con mi viejo
amigo, antiguo vecino. Un chico sevillano que es un año mayor que yo, 40 años,
español, soltero y sin hijos ni cargas familiares. Pero la relación hace aguas
porque no entiendo su modo de ver la vida ni de vivirla, ni lo entiendo ni lo
comparto así que, el día 16 de diciembre de 2018 decido romper la relación, con
todo mi dolor pero con la certeza de que hago lo correcto dada su poca cultura
del trabajo y del esfuerzo diario así como de una serie de hábitos insanos que yo
no podía tolerar. Curiosamente al día siguiente aparecen por toda la isla unas nubes súper extrañas con forma de ovnis. Yo, al salir de casa por la mañana, me topo con una y le saco esta foto...
Y es así
como en el último mes del año me enfrento a la tercera ruptura sentimental en
lo que va de año. Además, justo hoy día 20 de diciembre recogeré las notas de
mi hijo (en apenas una hora) y sé que le van a quedar materias pendientes.
Hecho que me consterna pero que no me desalienta a seguir intentándolo. ¡Le
tendré que dar la fuerza para superar el año académico igual que el año pasado!
Sentarme con él a estudiar por las tardes y hacer acopio de paciencia a grandes
dosis. Además de instaurarle el sistema de castigos y recompensas en base a sus
fracasos y logros.
Nunca nadie
me dijo que ser madre/padre iba a ser tan difícil, ¡pero es mi principal
propósito de vida y a mi hijo me entrego para hacer de él un adulto de bien y
de provecho en el día de mañana! He adquirido un libro en Amazon, a ver si me
ayuda y además me he inscrito en unas charlas para padres de adolescentes en el
IES de mi hijo.
En enero 2019 tengo exámenes del grado (se
hacen los sábados así que me viene fenomenal pues yo libro sábados y domingos
por mi horario laboral de oficina) y ya tengo apalabrada la publicación de mi
cuarta novela. Esta vez no es con la Editorial Círculo Rojo,….¡SORPRESA,
SORPRESA, YA LO VERÁN, DIOS MEDIANTE, EN 2019! Además, tengo otro proyecto ya
cerrado con una editorial de peso y que, también Dios mediante, verá la luz en
este año 2019.
Ya lo ven…
He tenido un 2018 bastante movidito. He perdido a mi abuelita Jacinta en este
año. Fue un dolor grande su partida pero a la vez fue el consuelo que su
cansada alma precisaba y me despedí de ella con dulzura desde lo más profundo
de mi corazón. Ya están en el cielo todos mis abuelos, paternos y maternos, mis
cuatro estrellas brillantes en el firmamento.
¡Un beso
fuerte a todos/as! Dios nos de fuerza y salud para seguir juntos un año más y,
¡¡ya lo saben!!, sonrían mucho y den luz y amor siempre porque el mundo está falto de
ello.
Ana Nayra Gorrín Navarro.
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