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jueves, 20 de diciembre de 2018

Balance de mi 2018


Como cada año, realizo  por el mes de diciembre un balance anual del año en curso . Así pues, empezaremos por el principio…

 

Enero de 2018:  Lo empecé con la duda cartesiana de mi existencia y crisis anticipada de los NO 40 (pues por enero aún tenía 38 años pero ya yo me sentía en los 40, como hace tantos años llevo viviendo).

<<Si una puerta se cierra, conviértete en cerrajero/a y abre todas las que te encuentres en tu camino. ¡Aunque las fuerces!>>

 


La frase que arriba expongo me la auto-decía a mí misma cada mañana ante el espejo y fue así como, con resiliencia y proactividad, conseguí superar la cuesta arriba y empezar a afrontar con fuerza el 2018 que se me venía encima.

 

En diciembre de 2017 me había marcado unos objetivos y los conseguí todos, menos asistir a la gala literaria en Almería. A la que no pude asistir por enfermarme con una gripe horrible que me dejó desmadejada. La lista detallaba lo siguiente:

 

·         Ayudar a mi hijo a superar su primer año de instituto (yo creía que repetiría curso, pero el año pasado finalmente lo superó). No obstante, en este segundo año de nuevo tendré que hacer el esfuerzo porque lo lleva muy mal.

·         Ir a la gala literaria (pero no pude ir como ya comenté).

·         Ahorrar dinero para hacer un máster en escritura y narración creativa. Y, miren por dónde, me lo regalaron y pude hacerlo sin coste alguno.

·         Ser feliz y hacer felices a quienes me rodean. Y este objetivo, creo, también lo he logrado. Al menos yo he sido feliz y he tratado de hacer felices a quienes me rodeaban.

 
 

Febrero de 2018: En diciembre de 2017 comenzaba una relación muy apasionada con un chico doce años más joven que yo, de nacionalidad dominicana. Me hizo gozar como hacía mucho que no lo hacía ¡y ni recordaba! Pero el 22 de febrero de 2018 lo dejamos. Fue doloroso para mí pues yo me estaba enamorando de él, pero hacía cosas que yo no aceptaba.

 

Marzo de 2018: El mes en el que cumplía 39 años, tuve que abandonar el piso donde me había ido a vivir con mi hijo desde mayo de 2016. Me subían el alquiler de 450 euros más gastos de agua y luz a 700 euros más gastos de agua y luz y se me vino encima el mundo. Iba a vivir muy justa de dinero mes a mes así que tuve que retornar al hogar paterno. Fue un duro palo para mí. Esa mudanza me causó una depresión. Pero, gracias a esa capacidad de adaptación y de salir adelante, logré superarlo.

Abril de 2018: El dominicano desapareció de la faz de la tierra y nunca más supe de él. Aún hoy en día le recuerdo con cariño. Viví su ausencia y el duelo de esta separación en estos dos meses posteriores a la ruptura pues al principio habíamos quedado como amigos y nos seguíamos viendo de vez en cuando. Pero cuando se desapareció del mapa fue cuando a mí me dio la bajona de su ausencia.

 Pero también en este mismo mes me pasaron cosas muy bellas pues firmé contrato de publicación y edición de mi tercera novela, Mariam, la primera en registro erótico con tintes de novela negra y que escribiera en el año 2016. Además, con motivo de la semana de las letras, el Ayuntamiento de Santiago del Teide me organizó un evento muy bonito en el Museo del Pescador para la presentación oficial de mis novelas. Fue un día inolvidable para mí y muy especial. ¡Gracias por todo!

La Opinión de Tenerife, el 24 de abril de este año 2018, se hacía eco de lo arriba expuesto, les dejo aquí el link:


 
 

Mayo de 2018: El 25 de mayo llegó mi remesa de ejemplares de Mariam y me los quitaron de las manos con una rapidez sorprendente. Los lectores/las lectoras me dan muy buena crítica de la novela y esto me motiva a seguir escribiendo en el borrador de mi cuarta novela. Que espero pueda ver publicada en el 2019.

Además, gracias a Mariam consigo tener un dinerillo para las vacaciones con mi hijo y hacer que termine de conocer sus siete Islas Canarias.

Les dejo aquí link a una de las notas de prensa de Mariam.

 
 
 

Junio de 2018: Con lo que percibí de las ventas de Mariam me fui de vacaciones con mi hijo una semanita a Gran Canaria y a La Gomera, del 22 al 28 de junio 2018. ¡Nos lo pasamos de lujo! Comimos como reyes y disfrutamos en playas y piscinas como  enanos.

Nayar acabó el curso académico mucho mejor de lo que yo esperaba y promocionó para el siguiente curso.

Julio de 2018: En mi segunda semana de vacaciones laborales anuales volamos hasta Lanzarote, la isla que le quedaba por conocer a mi hijo. Así, del 9 al 15 de julio pasamos una semana formidable en la isla conejera y la estancia en esta isla me inspiró la escaleta de mi quinta novela, espero que en 2020 la puedan ver publicada.

Agosto de 2018: Decido que quiero seguir estudiando, que vivir en un pueblo costero tan alejada del núcleo urbano y del ambiente capitalino me está embruteciendo y opto por trasladar mi expediente universitario de la UNED (donde aún figuraba en Derecho)  a la Universidad de las Palmas de Gran Canaria para iniciar en septiembre estudios en un grado online en A. Social (una carrera de la rama de Humanidades). De resto, termino de disfrutar los días de vacaciones anuales que me faltaban por completar el año y paso un apacible agosto junto a mi hijo en la playita de nuestro pueblo y disfrutando de las fiestas de nuestro municipio durante los fines de semana.

Septiembre de 2018: Conozco a un italiano que es quince años más joven que yo e inicio una relación amorosa con él. Pero la diferencia de edad me pesa demasiado en mi conciencia y termino por zanjar esta relación. Lo bueno que me aportó fue que aprendí italiano básico, nivel A1. Al terminar esta relación, decidí cortarme el cabello a la altura de las orejas y donar mi cabello a la Fundación Ámate para que hagan con él pelucas para las enfermas de cáncer de la isla de Tenerife.
 
 
 
 

Octubre de 2018: Iniciamos el mes con el cumpleaños de mi hijo, celebrando sus trece años. Este año la adolescencia de mi hijo se ha dejado notar con fuerza. Me cuesta aceptar que ha dejado de ser un niño y he de empezar a cambiar mi chip mental con él.




Yo creía que la clase de vicisitudes que estoy teniendo ahora con mi hijo las tendría cuando él cumpliera los 18 ó 19 años, pero no con tan sólo 13 años. No obstante, hablando con madres amigas mías que tienen hijos en la misma edad, me doy cuenta de que no soy la única que se siente así. Comienzo a ser consciente de que entro en zona pantanosa con la adolescencia de mi hijo y que tendré que armarme de mucha paciencia, serenidad y fuerza interior para educarlo de manera óptima. Teniendo en cuenta el hándicap de hacerlo yo sola, como madre soltera que soy (por imposición de la vida, no por elección, pues soy superviviente de la violencia de género).

En este mismo mes me reconcilio con un viejo amigo, vecino del edificio en el que vivía y tenemos un acercamiento. Él me dedica una canción de Canelita (Señora vecina) y ya se me encandila el corazón.

Noviembre  y diciembre de 2018: El día 1 de noviembre inicio una relación amorosa con mi viejo amigo, antiguo vecino. Un chico sevillano que es un año mayor que yo, 40 años, español, soltero y sin hijos ni cargas familiares. Pero la relación hace aguas porque no entiendo su modo de ver la vida ni de vivirla, ni lo entiendo ni lo comparto así que, el día 16 de diciembre de 2018 decido romper la relación, con todo mi dolor pero con la certeza de que hago lo correcto dada su poca cultura del trabajo y del esfuerzo diario así como de una serie de hábitos insanos que yo no podía tolerar. Curiosamente al día siguiente aparecen por toda la isla unas nubes súper extrañas con forma de ovnis. Yo, al salir de casa por la mañana, me topo con una y le saco esta foto...
 
 

Y es así como en el último mes del año me enfrento a la tercera ruptura sentimental en lo que va de año. Además, justo hoy día 20 de diciembre recogeré las notas de mi hijo (en apenas una hora) y sé que le van a quedar materias pendientes. Hecho que me consterna pero que no me desalienta a seguir intentándolo. ¡Le tendré que dar la fuerza para superar el año académico igual que el año pasado! Sentarme con él a estudiar por las tardes y hacer acopio de paciencia a grandes dosis. Además de instaurarle el sistema de castigos y recompensas en base a sus fracasos y logros.

Nunca nadie me dijo que ser madre/padre iba a ser tan difícil, ¡pero es mi principal propósito de vida y a mi hijo me entrego para hacer de él un adulto de bien y de provecho en el día de mañana! He adquirido un libro en Amazon, a ver si me ayuda y además me he inscrito en unas charlas para padres de adolescentes en el IES de mi hijo.
 
 
 

 En enero 2019 tengo exámenes del grado (se hacen los sábados así que me viene fenomenal pues yo libro sábados y domingos por mi horario laboral de oficina) y ya tengo apalabrada la publicación de mi cuarta novela. Esta vez no es con la Editorial Círculo Rojo,….¡SORPRESA, SORPRESA, YA LO VERÁN, DIOS MEDIANTE, EN 2019! Además, tengo otro proyecto ya cerrado con una editorial de peso y que, también Dios mediante, verá la luz en este año 2019.

 

Ya lo ven… He tenido un 2018 bastante movidito. He perdido a mi abuelita Jacinta en este año. Fue un dolor grande su partida pero a la vez fue el consuelo que su cansada alma precisaba y me despedí de ella con dulzura desde lo más profundo de mi corazón. Ya están en el cielo todos mis abuelos, paternos y maternos, mis cuatro estrellas brillantes en el firmamento.

¡Un beso fuerte a todos/as! Dios nos de fuerza y salud para seguir juntos un año más y, ¡¡ya lo saben!!, sonrían mucho y den luz y amor siempre porque el mundo está falto de ello.
 
Ana Nayra Gorrín Navarro.

 

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