Desde la primera página, me sentí identificada con la descripción de los/las escritores/as.
Me llamó mucho la atención cuando dijo que el período de tiempo para saber si una persona es realmente o no escritora, es diez años. Si pasado este tiempo, la persona sigue escribiendo y publicando novelas, quiere decir que realmente es un escritor/una escritora. Si no, ha llegado de manera casual a la profesión. Yo empecé a publicar en 2016, veremos si me mantengo publicando hasta 2026.
También, me llamó la atención lo que dijo de que alguien extremadamente inteligente no puede ser escritor porque estas personas no pueden hacer paráfrasis ni narrar algo que pueden resumir, sintetizar y expresar en solo un párrafo. Lo que, para un escritor, narrando, convierte a lo mejor en diez páginas.
En general, la obra de 231 páginas, es una disertación personal sobre la experiencia individual e intransferible que experimenta cada escritor o escritora al escribir una novela. Es decir, es la experiencia del propio Murakami, sus rutinas diarias y cómo nació en él la profesión que acabó forjando como medio de vida.
Hay muchas páginas con alto valor que yo denomino vital, pues son consejos para tener una buena vida, ejerzas la profesión que ejerzas.
Es un librito pequeño que se lee fácil, pero no esperen encontrar en él una novela cargada de ficción o del realismo mágico al que nos tiene acostumbrados Murakami. Es como leer un diario personal, una bio6grafía en primera persona, sobre la profesión que nos ocupa y que es, desde mi punto de vista, la más bonita del mundo: ser escritor de novelas.
Les dejo ahora con un par de capturas de pantalla de páginas que me marcaron:
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