La rosa y la
espina
Una de las técnicas de comunicación
asertiva con los hijos/as, es la de hacer el ejercicio de conversar con
ellos/ellas antes de dormir acerca de lo bueno y de lo malo del día que se
acaba.
Es algo que llevo haciendo desde
que mi hijo era muy pequeño (mi hijo empezó a hablar muy temprano, e igual de
temprano he podido, a Dios gracias, tener conversaciones con él). Ahora, siendo
ya adulto, seguimos conversando al acabar la jornada y estos coloquios son
terapia sanadora para los dos. Nuestro perro Mak nos contempla conversar en
estos momentos y, generalmente, le da un pico energético y se muestra juguetón,
intentando jugar con nosotros dos, quienes le esquivamos como podemos o le
rascamos la barriga para tranquilizarle y nosotros poder seguir hablando. Creo
que para Mak este momento “rosa/espina” lo ve como un “momento de mimos y
atenciones para él”.
Porque todo tiene rosas y
espinas, los días también. En todo hay momentos buenos y momentos no tan buenos.
La vida siempre son altibajos y solamente depende de nosotros cómo nos afecten
los golpes bajos de la vida, cómo los podamos gestionar y cómo podemos
superarlos.
Hacer un pequeño balance diario
de lo positivo y de lo negativo y meditar conjuntamente sobre ello, con la
visión objetiva de una persona de confianza, siempre es beneficioso.
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