3 de febrero de 2023, día en que Braco cruzó el arcoiris

 Hoy un dolor me ha hecho añicos el corazón. Mi hermanito Bruno ha tenido que tomar la decisión de eutanasiar a Braco, su mascota y también nuestra, pues en estos diecisiete años de vida de Braco hemos vivido muchos momentos juntos. 

Mi hijo creció prácticamente junto a Braco y él también está muy apenado hoy. 

Es muy duro tener que dejar partir a un perrito, ellos se convierten en miembros más de la familia y es un dolor muy intenso el que se experimenta con su partida. 

Nos reconforta saber que murió en paz, durmiendo tranquilo en los brazos de mi hermano Bruno, su dueño, y, lo más importante, sin sentir ya más dolor ni sufrimiento. 

Ahora Mak se quedó sin su compañero, pues aunque tardaron en llevarse bien, al final eran uña y carne y dormían juntos. 

Esta noche le he puesto una velita, para que ascienda en paz. 

Allá arriba estará junto a nuestros seres queridos y nuestras mascotas fallecidas: Iris la perrita chihuahua mestiza con pequinesa, Jany mi gatito amarillo precioso, Kitty mi gatita blanca y negra que rescaté de la calle (estos dos gatos nunca fueron de mi casa propiamente dicho, pues eran de la calle y yo de niña les alimentaba y albergaba en mi cuarto siempre que ellos querían, hasta que murieron de viejitos) y Névar mi perrita caniche mestiza con Maltés que también vivió 17 añitos y junto a la que Nayar aprendió a caminar. 

Yo tengo la firme creencia de que cuando morimos todas nuestras mascotas acuden a nuestro encuentro, junto a nuestros abuelos y seres queridos ya fallecidos y luego, si hemos sido buenas personas, viviremos eternamente juntos en esa otra dimensión espiritual a la que todas las almas buenas llegan. 

¡TE QUIERO, BRACO! Y TE QUERRÉ ETERNAMENTE. ¡Hasta luego, viejito cascarrabias! No es una despedida, es un hasta luego...