Tema 3.
Lectura páginas 127-207 del manual.
Nos muestra primeramente
que no hay una panacea o fórmula a aplicar en general, sino que hay que ir caso
a caso y la respuesta correcta es más bien una
fusión de formas culturales, sociales y económicas locales, un elemento dentro
de un complejo de factores relacionados. Valorando las necesidades locales por
encima de todo. Ilustrativo de esto son los ejemplos de los fogones, la leche
en polvo, las casas de los pescadores en Surinam, etcétera.
En concreto, en las páginas 146 a 151 se presenta el Proyecto
Cornell- Perú- Vicos
<< La hacienda Vicos se localiza en un valle en los
Andes, aproximadamente a 400 kilómetros al norte de Lima, con 16.000 hectáreas
de tierra para cultivo y pastoreo
y tierras estériles tendidas a una altura de 2.700 a
3.600 metros. Durante algunos
años antes de 1952, la hacienda había sido propiedad del
departamento político del cual Vicos forma parte y había sido rentada por cinco
años o más al mejor postor. En lo referente al status legal, al modo de
explotación y a las formas socioeconómicas, la hacienda y su población se
parecían mucho a centenares de entidades peruanas semejantes. La dirigía un
administrador mestizo en representación de la sociedad que tenía poderes casi
absolutos sobre los 1.700 indígenas monolingües de habla quechua, quienes, junto
con sus antepasados, habían quedado confinados a la tierra como siervos, casi
esclavos, desde tiempos de la colonia. Se conseguían trabajadores para
funciones agrícolas y ganaderas de la hacienda mediante una leva de tres días
hombre a la semana por cada familia. También se exigía a las familias que
realizaran servicios adicionales como cocineros, lacayos, veladores, pastores y
criados. A cambio les era permitido ocupar una pequeña parcela de tierra de
menor calidad para que cultivaran sus alimentos indispensables para poder
subsistir. Los peones que se negaban a obedecer las órdenes podían ser
despedidos de la hacienda, quedando en calidad de indigentes y sin esperanzas
de ser admitidos, ya que los “buscapleitos” no serían contratados por otros
administradores de haciendas. El carácter medieval de la vida se muestra por el
hecho de que el valor de la hacienda se medía por el número de peones
relacionados con ella y no por sus tierras para cultivo >>.
<< A excepción de la vida religiosa, los indígenas
no tenían injerencia en sus asuntos.
Por lo tanto, carecían de puestos de responsabilidad en
asuntos políticos, la capacidad de mando estaba poco desarrollada, casi no se
mantenía ningún servicio público, era escasa la cooperación entre las familias;
en general, la comunidad estaba sumamente desorganizada y el nivel de vida en
la hacienda era el más bajo de la región. Muchos vicosinos padecían de
desnutrición, el 80 por ciento estaba infectado por parásitos dañinos,
periódicamente epidemias de sarampión y tosferina mataban a numerosos niños; la
habitación consistía en chozas de uno o dos cuartos, sin ventanas y con piso de
tierra, y la ropa era insuficiente para un medioambiente severo >>.
Regía la analfabetización en la comunidad y las
condiciones no eran nada favorables para una mediación de antropólogos. Sin
embargo, << los antropólogos de la Universidad de Cornell y del Instituto
Nacional Indigenista del Perú creyeron que valía la pena intentarlo. A finales
de 1951, las dos instituciones concibieron el proyecto Cornell-Perú-Vicos y,
gracias a una subvención de la Institución Carnegie, arrendaron la hacienda por
cinco años e iniciaron un experimento en ciencias
sociales aplicadas que ha logrado un renombre mundial. Los directores del
proyecto formaron juicios de valor que no intentaron defender sobre el terreno
científico. Partieron del supuesto de que el relativismo cultural no es
absoluto y que algunas condiciones, formas, prácticas y creencias son más
funcionales que otras en el mundo moderno. Por consiguiente, el estímulo de
estas condiciones, formas, prácticas y creencias es acción justificada si las
personas implicadas están plenamente informadas de lo que sucede, si tienen el
conocimiento y el derecho para evaluar las alternativas, si participan
plenamente en las decisiones que se toman y si en un tiempo razonable asumen
los principales puestos en la dirección política y el poder. Como dijo Allan
Holmberg, fundador del proyecto y su primer director, ya fallecido, el plan de
operaciones “se dirigía al desarrollo de la dignidad humana y no hacia el
oprobio, y hacia la creación de instituciones en Vicos que permitieran a todos
los participantes en el proceso social gozar de una determinación y participación
de los valores no en un sentido estrecho, sino en uno amplio. Así, los
objetivos principales de este plan consistieron en la devolución del poder a la
comunidad, la producción y la amplia participación de una mayor riqueza, la introducción
y divulgación de oficios nuevos y modernos, la divulgación de medidas de
higiene y bienestar, la ampliación de la estructura de estatus y roles y la
creación de un sistema moderno de instrucción mediante escuelas y otros medios”
(Holmberg et al., 1965: 5).
<< Cuatro áreas temáticas recibieron atención
especial: el desarrollo económico, en especial la agricultura; la educación;
las formas sociales, políticas y administrativas, y la salud. Los resultados
han sido desiguales, siendo los cambios económicos y sociopolíticos los más
notables. Como consecuencia de cultivos mejorados y procesos de mercado, la
producción agrícola se ha incrementado en más del 100 por ciento, de manera que
ahora los habitantes de Vicos no solo cuentan con los suficientes alimentos
para el consumo local, sino con excedentes para la venta, lo que ha permitido
importantes mejoras y arreglos para que *los mismos habitantes de la hacienda
los compren. En esta área los conocimientos se desarrollaron con tanta rapidez,
que a los pocos años los vicosinos
fueron muy solicitados para ser consejeros técnicos
agrícolas de los peones en haciendas contiguas>>.
Académicamente también fue un éxito, pues con la escuela
que se creó tuvieron acceso a la educación muchos vicosinos. Más niños que
niñas, como sesgo conservador de sus mentalidades, pero aún así muchos
accedieron a educación secundaria en ciudades cercanas y el número sigue en
aumento a día de hoy.
Lo negativo ha sido que, dado el incremento de la riqueza
de estos campesinos, también aumentó la tasa de alcoholismo de los mismos. Sin
verse una reducción del consumo de la hoja de coca masticada, como es costumbre
en ellos.
Acción práctica, Robert Chambers (páginas 155 – 186).
Hace un paralelismo entre la libertad y poder subordinados
al poder económico del individuo. Indicando que el poder de acción de un
campesino pobre no es el mismo que el del dirigente del Banco Mundial, por
ejemplo.
Nos sugiere emprender acciones prácticas estudiando in
situ la sociedad en la que queremos interferir, pasando más tiempo en los
estudios para llegar más lejos. Alejándonos de pomposidades que llamen la
atención y que puedan suponer un rechazo hacia el antropólogo por parte de los
locales (se me ocurre un ejemplo actual en la figura de la reina Letizia,
cuando iba en viaje de voluntariado vestida inapropiadamente y posteriormente
se le obligó desde Protocolo a llevar un chaleco de cooperante y vestir de manera
menos ostentosa en estos viajes).
Evaluación rural rápida (RRA)
La Evaluación Rural Rápida es una familia de técnicas que
facilita la entrada a los agentes externos de forma eficiente.
Estas técnicas se han usado habitualmente, aunque hasta
hace poco no se ha escrito sobre ellas. Equilibran la balanza entre el coste
que supone obtener información, por un lado, y su cantidad, precisión,
relevancia, oportunidad y uso final, por otro. Si usamos el término “trabajo
sucio” para significar aquel que no es rentable, estas técnicas intentan evitar
tanto el trabajo “rápido y sucio” del turismo de desarrollo rural incompetente,
como el patológico trabajo “sucio y extenso” que caracteriza a algunas
encuestas de cuestionario. Cuando no hay mucho tiempo, estas técnicas
proporcionan una tecnología intermedia y apropiada, un enfoque lo
“bastante-rápido-y-eficiente”.
Estas técnicas se han usado habitualmente, aunque hasta
hace poco no se ha escrito sobre ellas. Equilibran la balanza entre el coste
que supone obtener información, por un lado, y su cantidad, precisión,
relevancia, oportunidad y uso final, por otro. Si usamos el término “trabajo
sucio” para significar aquel que no es rentable, estas técnicas intentan evitar
tanto el trabajo “rápido y sucio” del turismo de desarrollo rural incompetente,
como el patológico trabajo “sucio y extenso” que caracteriza a algunas encuestas
de cuestionario. Cuando no hay mucho tiempo, estas técnicas proporcionan una
tecnología intermedia y apropiada, un enfoque lo “bastante-rápido-y-eficiente”.
Se han sugerido varias. Algunas son obvias, aunque
generalmente desaprovechadas
e incluyen: la búsqueda y uso de información ya
disponible; identificar y aprender de informantes clave —antropólogos sociales,
trabajadores sociales, líderes de grupos, estudiantes universitarios que llevan
a cabo una investigación de campo, entre otros—; observación directa y hacer
preguntas sobre lo que se observa; entrevistas guiadas y entrevistas con grupos
informales o seleccionados. Otras técnicas son menos obvias, como inspeccionar la
zona desde el aire y usar la fotografía aérea. Quizás sean más importantes
los “enfoques compuestos” diseñados para propósitos
concretos como identificar las prioridades en la investigación agrícola, como
hicieron Collinson (págs. 67-69), Hildebrand (pág. 68) y Rhoades (1982). Otros enfoques útiles son la recopilación de perfiles
familiares, combinando métodos de la antropología social, el periodismo y la
estadística (Roberts, 1980); y el enfoque utilizado por los investigadores del
Comité de Bangladesh para el fomento del desarrollo rural (BRAC, en sus siglas
en inglés) y Swift (1981b: 72-73), al trabajar con pobladores rurales.
Un peligro que existe con la RRA es que siempre se lleva
a cabo con prisas. Uno de los corolarios a la ley de Parkinson es que cualquier
cosa planeada rebasará el tiempo disponible para ejecutarse. Si esto ocurre,
serán de nuevo las zonas más remotas y los más pobres los que quedarán
excluidos. La oportunidad que presenta la RRA es que al evitar métodos largos
ahorra tiempo, y permite incluir a los pobres como individuos y como familias
para aprender de ellos y conocerlos con mayor profundidad. Si se puede controlar
la tiranía de la cuantificación, habrá más tiempo para descubrir las relaciones
y los procesos.
Las técnicas de RRA, desarrolladas y usadas con cuidado,
pueden concienciar y dar a conocer la pobreza rural y mejorar las estrategias
disponibles para atajarla.
INVERTIR EL APRENDIZAJE
Poner a los últimos los primeros. Aprender de los más
pobres en las comunidades que estudiamos, aprendiendo desde abajo e
integrándonos primero nosotros a ellos. Y elaborado una lista de pasos a
seguir:
1)
Sentarse, preguntar y escuchar.
2)
Aprender de los más pobres.
3)
Aprender el conocimiento técnico indígena. Todas las personas que viven en
zonas rurales saben
cosas que los agentes externos desconocen. Existen muchas
formas para que
estos aprendan de ellos, entre otras, el enfoque exhaustivo del
antropólogo social
relativo a los sistemas de conocimiento, incluidos conceptos
y patrones de
pensamiento. Sin ir tan lejos, contamos con perspectivas menos
complejas que incluyen, por ejemplo, la
recopilación de glosarios de términos
locales,
los juegos, la cuantificación y la clasificación.
4)
Aunar investigación y desarrollo.
5)
Aprender trabajando.
6)
Juegos de simulación.
En cuanto al estilo de comunicación, se trata siempre de
hablar menos y escuchar más, desde la escucha activa y la comunicación
asertiva. Primando la acción personal.
PARTICIPACIÓN. Majid Rahnema. Páginas 187 – 207
Ideas:
1)
El concepto de participación ya no es percibido
internacionalmente como una amenaza.
2)
La participación se ha vuelto un lema publicitario
políticamente atractivo: en
aquellas
situaciones en que los Gobiernos han aprendido a controlar y contener
la participación,
se obtienen importantes ventajas políticas haciendo ostentación
de las intenciones
de ampliar dicha participación. Los lemas publicitarios
participativos
crean sentimientos de complicidad entre los fabricantes públicos
de ilusiones y sus
clientes. Los políticos proyectan hacia sus distritos electorales
la imagen de ser
verdaderamente sensibles a todos sus problemas,
invitándoles a
menudo a ilustrarlos respecto a sus necesidades y aspiraciones.
En un plano
distinto, algunas formas de participación pacíficamente negociadas
pueden desactivar
situaciones explosivas allí donde las políticas de
desarrollo crean
tensiones y resistencia entre sus víctimas.
3)
La participación se ha convertido en una proposición
económicamente tentadora:
muchos países llamados “en vías de
desarrollo” tienen una economía en bancarrota
o casi, a menudo como resultado directo
de diversos programas de “asistencia”
económica y financiera. Están dispuestos
a vender lo que les queda de
su
alma a cualquiera que les otorgue fondos para pagar sus deudas. En situaciones
en que deben “ajustar” sus economías
nada puede caerles mejor que pasar
los costos a su
gente más pobre, lo cual se viene haciendo en nombre de la participación y su
corolario, la autoayuda.
Solo el Banco
Mundial ha invertido más de 50.000 millones desde 1975 en
los llamados
programas de alivio a la pobreza. Revisando los resultados, los
analistas del Banco
más informados han llegado a la conclusión de que: “La
sostenibilidad de
los proyectos en el largo plazo está estrechamente ligada a la
participación activa e informada de los
pobres”.
4)
Se percibe la participación como un instrumento de mayor
eficacia, así como una
nueva fuente de
inversión: los procesos participativos suministran a los proyectos
de desarrollo lo
que más necesitan para evitar las trampas y fracasos del pasado.
5)
La participación se está convirtiendo en un buen
mecanismo para recaudar fondos:
sobre todo, en los
últimos diez años, el electorado y los medios de comunicación
de los países
donantes han demostrado un creciente interés en las ONG dedicadas
al desarrollo.
6)
Un concepto ampliado de la participación podría ayudar al
sector privado a involucrarse directamente en el negocio del desarrollo.
Siendo, fundamentalmente, necesaria la participación
popular. En base a estas premisas:
a) Los actuales
obstáculos al desarrollo del pueblo pueden y deben ser
superados
entregando a las poblaciones afectadas la plena oportunidad
de participar en
todas las actividades relacionadas con su desarrollo.
b) La participación
está justificada porque expresa no solo la voluntad de
la mayoría, sino
porque es la única forma que tienen de asegurar que los
importantes
objetivos de carácter moral, humanitario, social, cultural y
económico inscritos
en un desarrollo más humano y efectivo sean
logrados
pacíficamente.
c) La “interacción
dialógica”, la “concientización”, la “IAP” y otras actividades
similares pueden
posibilitar que toda la gente se organice a sí
misma de un modo
que mejor convenga a la satisfacción de sus fines
deseados.
Ana Naira Gorrín
Navarro.
01 de marzo de
2024.
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